El aspirante a la Presidencia de la República sustenta la cifra lanzada con el hecho de que los precios de los huevos, el arroz y todos los alimentos de la canasta familiar han aumentado en 12 %. Hora de redistribuir riqueza.
Por: Redacción Semana

Vía Semana

Una nueva cifra para el debate que se avecina en Colombia, alrededor del incremento del salario mínimo para 2022, lanzó al aire el precandidato a la presidencia Juan Carlos Echeverry: 11 %.

Según la sustentación del economista, es el momento para que los empresarios muestren su generosidad, pues los hogares colombianos están experimentando una subida en los precios de los alimentos, de un 12 %. “Los huevos, el arroz, los servicios públicos, todo está más caro”.

Semana, El Debate edición especial, Elecciones 2022

Para Echeverry, un incremento de 11%, “más que una propuesta populista, es realista”, por lo tanto, Echeverry hizo un llamado para que el incremento del salario mínimo tenga en cuenta algunas realidades. “El gas licuado está disparado en precios, y los huevos…” Los paros que hubo en el primer semestre llevaron los precios al alza, pero luego de finalizadas las protestas, dichos precios no bajaron. “La gente en todo el país está enfrentando unos salarios estancados y una inflación que lleva a precios muy caros”.

El economista que aspira a la Presidencia señaló que es el momento para dejar ver la generosidad de los empresarios en la actual coyuntura. “Acabamos de salir de una pandemia donde la gente ha aguantado hambre en la costa caribe, en el litoral Pacífico, en el centro del país”, de manera que 11% sería una cifra razonable.

De acuerdo con el contenido de la propuesta, hay que partir de esas situaciones por las que está pasando la población que ahora necesita de las empresas, y a las formales les está yendo bien. “Es la oportunidad de distribuir ese buen momento”, sostuvo.

Que no pierdan el poder adquisitivo

El argumento de Echeverry es que, hay que tomar medidas para que los trabajadores y ciudadanos en general no pierdan el poder adquisitivo, es decir, la capacidad económica para adquirir bienes y servicios. Dicho poder adquisitivo se ve mermado cuando los salarios no suben con el adecuado dinamismo, por lo tanto, el ingreso adicional se lo ‘come’ la inflación. En la actualidad, en Colombia, se tiene la expectativa de que el año cerrará con un IPC (Índice de Precios al Consumidor) de alrededor del 5%, pero el gasto que hacen los hogares, para adquirir los alimentos, el cual tiene un mayor peso en las familias de menores recursos, ha subido en 12% (inflación de alimentos).

Si a la gente le va bien a las empresas también

A la larga, si la gente tiene dinero en los bolsillos, tendrá mayor capacidad de compra, lo que se convierte en un círculo virtuoso, pues si se aumenta el consumo, las empresas producen más y generan más empleo, además de mejorar las condiciones salariales de los trabajadores.

#LaPalabraDelAñoEs por parte de los empresarios debe ser GENEROSIDAD. El salario mínimo debería subir 11% teniendo en cuenta que los precios de los alimentos están disparados. Más que una propuesta populista, es una propuesta realista. Aquí expongo todos mis argumentos:

Empieza el debate del mínimo

Por esta época es mucho lo que se habla del salario mínimo, de cara al inicio de las negociaciones en la mesa de concertación de política salarial, que será instalada este viernes 3 de diciembre, con el propósito de buscar el camino para llegar a un acuerdo en lo que debe ser un incremento justo para 2022. Pero en particular, podría ser un tema clave para los colombianos que están indecisos, sin tomar una decisión definitiva, acerca de por quién votar en las elecciones 2022.

Varias cifras han salido a relucir, previo a las reuniones oficiales de la mesa. Inclusive, los sindicatos han lanzado la idea de que, en esta ocasión, no se tengan en cuenta algunas de las variables que presionan a la baja el incremento en el salario mínimo. El caso concreto es el de la productividad, que es certificada por el Dane, y que se conocerá en el transcurso de la próxima semana. Particularmente la productividad laboral se ve impactada (siempre sale baja), por la informalidad laboral que caracteriza el mercado laboral colombiano.

De esa manera, en este año, todo tendría que apuntar a que la discusión sobre el aumento en el salario mínimo para 2022 sea diferente, atendiendo las realidades que ha planteado la pandemia, con incrementos en los niveles de pobreza, empleo precario (la mayor parte de los empleos recuperados a octubre son particulares o cuenta propia) y, en general, riesgos que a la vez serán desafíos para el que tome las riendas del país en el siguiente cuatrienio.